viernes, 31 de octubre de 2008

Día de la madre

No me equivoqué de fecha, y no es el día de la madre en ningún otro país, solo me refiero a que se acerca el cumpleaños de mi hijo y para mi ese es mi día de la madre (no el que la mercadotecnia dicta), obviamente ese día también es el día del padre y el del niño, mi niño y de eso quiero hablar: el cumpleaños número 5 de Diego.
Es difícil hacer una retrospectiva del suceso, han sido cinco años de cambios, algunos radicales otros no tanto; algunos solo han sido de cáscara otros han sido internos. También han sido cinco años de diferencias "familiares" porque en el momento que te conviertes en padre, toooooooodos los "expertos" que ya han echado a perder a otras generaciones quieren opinar e influir en el modo en el que decides educar a tus hijos - al que le quede el saco... -; sin embargo, tras diálogos intensos y a veces acalorados se han solucionado esos detalles entre las personas directamente involucradas en el proceso: madre, padre e hijo.
Me complace informarles que, a pesar de las discordias temporales antes mencionadas, el bien ha triunfado y la educación de mi pequeño batracio va viento en popa, y no lo dije yo, lo dijo la escuela.
Ya les había contado que Diego está en una escuelita que trabaja con un sistema constructivista y a la cual yo le tenía poca fe (solo por ser privada, ya que vengo de escuelas públicas); él se ha sentido muy a gusto, tanto así que por las mañanas se baja del carro y se despide desde una cuadra antes de llegar a la escuela y avanza corriendo y se mete sin mirar atrás. No me siento desplazada, me da gusto que muestre esa independencia y esa aparente necesidad por llegar a su segundo hogar (pasa como 11 horas ahí). Bueno, en esa escuelita es obligatorio hacer un examen psicológico del niño, que se complementa con una entrevista que se hace a los padres y en función de los resultados se le asigna la terapia casi obligada al niño o al conjunto. Mi hermana, por una referencia cercana sabía de la "obligatoriedad" de la terapia y ya estaba yo parada de pestañas desde el inicio del ciclo por todo lo que implicaría el hecho de que el niño la necesitara: dinero, tiempo, esfuerzo. Afortunadamente, el resultado de la evaluación ya pintaba bien desde la entrevista, la psicóloga nos felicitó porque a pesar de "esas pequeñas" diferencias tenemos muy claro que lo primero es la educación y la salud de Diego. Por otro lado, la otra psicóloga que me entregó el resultado del examen psicológico del pequeño individuo, aunque no me felicitó, me dijo que Diego va por buen camino y que la forma en la que lo estamos llevando es apropiada para su intelecto. También mencionó que tiene un impresionante talento para dirigir a masas (masitas pues) y generar ideas para solucionar problemas, así como una habilidad que ya quisiéramos muchos para aprender y repetir.
Es importante que se entienda que no estoy presumiendo (aunque si soy mamá gallina), a lo que realmente quería llegar era al asunto de la estimulación temprana. A diferencia de muchas, yo ni siquiera tenía tan en mente ser mamá, y el día que se presentó la oportunidad y después de algunos tropiezos, decidí que yo no sería una mamá cualquiera y mi hijo tampoco sería un niño cualquiera, decidí que mi hijo tendría una educación mejor que la que yo tuve, que, dicho sea de paso no fue mala, sin embargo pudo ser mejor.
Desde mi punto de vista, hay dos fallas en la forma que me educaron: falta de estimulación y falta de medios para potenciarla. La segunda era una dificultad técnica, vivir en un cerro medio alejado de la civilización no ayudaba. En la primera, mucho que hacer y es en esa parte en la que me he concentrado, a veces enérgicamente otras no tanto. La estimulación, Diego la ha recibido desde bebé, todo el primer año (y a pesar de mi genio) estuve dedicada a él: libros, videos, juegos, juguetes, números, letras, figuras, etc.. Desafortunadamente para él, mi forma de jugar es muy lúdica (lúdica poco divertida para un niño), poco a poco se ha ido acostumbrando hasta el punto de invitarme a jugar juegos que él inventa y en los que se necesita estar atentos o se necesita saber algo (que a veces ni yo se, como los nombres de las galaxias) para poder jugarlos, me temo que algunos niños quedan excluídos de sus juegos y más me temo que en el futuro el podría ser el excluído. Se leerá feo, pero a veces prefiero que llegue al punto de la exclusión, antes que el se convierta en un "guerrero" más, aficionado de las armas de juguete, de las figuras de acción y de la destrucción. Esto ya ha llegado a suceder, de repente acomoda sus dedos como si fuera una pistola y "dispara", inmediatamente es informado por parte de padre o madre acerca de la acción y de sus posibles consecuencias a corto, mediano o largo plazo, muestra algo de incomprensión y posteriormente apoya la moción y decide no repetirlo porque es un hecho violento sin sentido (por lo menos no lo repite en casa), se pone a jugar con sus "canicas pegajosas" (imanes) y a ver la tele. De pronto noto curioso todo lo anterior, ya que aunque soy mujer, tenía una exagerada tendencia por los juguetes de niño: carritos, canicas, trompos, yoyos, etc. y, en particular recuerdo haber tenido una pistola con su cinturón, un sombrero y botas de vaquero. No soy violenta, pero no recuerdo si es consecuencia de que recibí información de que eso era solo un juego. Mientras son peras o manzanas, con mi heredero no vacilo y repruebo (al igual que marido) jugar ese tipo de juegos y apruebo todos los juguetes "ñoños" y educativos.
Retomando el asunto del cumpleaños y agregando un poco más de "amargosidad" materna al mismo, informo que no habrá fiesta y que a duras penas habrá pastel. Aunque se que a Diego le gustan las fiestas, se que le gusta más la idea de recibir unos cuantos juguetes que durarán mucho más que un efímero festejo lleno de globos, ¿regalos? y niños gritones.
En algún momento de mi vida, reclamé por la falta de medios para que yo aprendiera más. Hoy, a pesar de la vida tan ajetreada que se lleva en la tercera ciudad más grande de la República Mexicana, estoy contenta porque mi hijo tendrá mejores y mayores oportunidades para aprender.
El tiempo dirá