martes, 5 de agosto de 2008

De regreso

A la vida laboral intensa... no estuve de vacaciones como cualquiera de mis alumnos, que por cierto llegaron presumiendo bronceado o marcas de traje de baño (marcas tipo tatuaje, no de diseñador) y quisiera presumir de haber descansado mis ojos y mis patas de gallo, pero definitivamente eso es imposible ya que cuando sale la luna es cuando me llega la inspiración para leer, coser, escribir, entre otras cosas lo cual provoca que no duerma mis sagradas ocho horas o que duerma de más pero sin descansar, cosa que resulta igual o peor de horrorosa que no dormir ni una hora. En fin, como decía, no estuve de vacaciones en una playa pero si me tomé uno que otro día para no ir a la oficina, no asolearme y no manejar (entre tanto cafre y agujeros es un gran alivio no tener que salir a lidiar con ellos) y como se habrán dado cuenta tampoco le hice mucho caso a la computadora unos cuantos días: justo y necesario.
Hace una semana estaba cual niño de primaria: ¡tenía terror de volver a mi jornada normal!, pero milagrosamente hoy me levanté a temprana hora y me fui a caminar al parque, de regreso hice más ejercicio en mi cuasi-elíptica y al terminar me puse a recoger ropa y a planchar otra. Para la hora que prometí estaba en la escuela, atendiendo montones de pendientes: remodelaciones, letreros, extintores, hojas de seguridad, inauguraciones, horarios, laboratorios, clases, etc., etc. y para rematar una clase de maestría que no recordaba. Aún con todos esos pendientes, me dio gusto regresar... digamos que lo difícil es vencer la inercia y más si ésta es tan cómoda.
Han empezado las clases y no me resta más que esperar el resultado profesional, personal y laboral que me dejará este nuevo semestre.
Es hora de dormir porque pretendo levantarme a caminar por la mañana. Me despido por ahora... prometo regresar pronto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Despierta al intersticio
bienvenida a amanecer
que el reloj anda a tiempo
camino de las seis" F.D.

S.