miércoles, 15 de abril de 2009

Folclor Urbano

Fue un domingo, el pasado para ser exactos. Eran como las 13:00 h, o eso quiero pensar porque la verdad ese día no tuve noción del tiempo, con el cambio de horario se descompone mi reloj solar interno y me tardo en sincronizarlo. Les decía, el domingo, tras un desayuno familiar en la falda de uno de los cerros emblemáticos de la "Ciudad de las Montañas", el de las Mitras, pero por el lado de Santa Catarina, mi hermana nos invitó a una ecléctica excursión, ir al "Mercadito" que se pone por su casa. Tras un análisis climático y de las actividades por hacer, así como de la posible experiencia, la moción fue aceptada, y nos dirigimos al mercadito.
Entrar (¿o salir?) a ese lugar significó mucho para mi, como recordarán, estoy en la crisis de los treinta y de alguna forma u otra estoy planteando tantas preguntas de la existencia como si tuviera 5 años. La experiencia en ese momento se volvía hasta fóbica, mis cinco sentidos estaban conectados con ese presente y mi pensamiento conectaba a ese presente con el pasado.
De la niñez recuerdo un montón de techos rosados de tela, cubriendo estructuras metálicas básicas, las cuales podrían estar sosteniendo una tabla llena de verduras, implementos para la cocina, fayuca o ropa nueva (barata). En los pasillos centrales podía haber otras tantas cosas: carritos de paletas, tejuino, pajareros y vendedoras de tortillas moradas y pinole. El piso era empedrado, y era imperioso ser precavido, para no atinar a la falta de una piedra y así atinar a un charco o a una torcedura de tobillo. Aunque parezca raro, no recuerdo olores de ese lugar, a pesar de ir prácticamente cada semana a surtirnos de frutas y verduras. Todos los mercados sobreruedas de Michoacán y aún los de la Cd. de México son similares.
Tras algunos años de vivir en Monterrey, quizá dos, y después de haber conocido las "Pulgas" más famosas, conocí un "mercadito". Era un lugar novedoso, desconocido hasta el momento, aunque el concepto es el mismo. En estos mercaditos había (hay), puestos de fayuca, loterías, ropa usada, ropa nueva, tostadas cocidas en manteca segregada por un chicharrón que pasó anteriormente por el mismo cazo, comida preparada, elotes, conchitas, mascotas, etc.. El mercadito que conocí nos tuvo como clientas durante algún tiempo, era una parada casi obligatoria después de comer en la casa de unos amigos de mis papás. Mientras los hombres platicaban del trabajo, todas las mujeres huíamos al mercadito, a ver y a comprar aunque fuera una bolsa de tostadas mantecosas para comerlas con salsa y crema. En su momento y por razones que no he analizado a fondo, el paseo nos dejaba "buen sabor de boca".
El domingo pasado, unos 10 años después, mi sabor de boca cambió. El calor, el sol, la multitud, los ruidos, los aromas y las imágenes aturdieron mis sentidos. En la entrada, había un puesto de enseres de cocina usados, un poco más adelante, un tendido (ni a puesto llegaba) de chácharas dignas de un basurero: monos, dedales, pedazos de ésto, pedazos de aquéllo; más adelante, fayuca... luego, películas "clonadas" (su concepto de clon difiere del mío, por cierto). Un poco más allá, un puesto de peluches empolvados y juguetes babeados por generaciones anteriores. Más allá, puestos de frutas y tepache, "yukies" (raspados pues), "smoothies", joyería de fantasía, reparadores de joyas, relojeros y mascotas. Y todo esto se repitió por unos cuantos metros más, creo que ellos están muy seguros de ese dicho que reza "El sol sale para todos".
Los puestos que me sacaron de mi ser y me dejaron meditando por unos cuantos días, fueron precisamente los de las mascotas. Una jaula comunitaria para un montón de cardenales, cenzontles, canarios, y otras especies más y al lado, una caja de cartón cubierta por una sábana que alojaba a unos cuantos pericos que apenas empezaban a emplumar. En otro puesto, bajo una sombrilla de playa, un señor con un montón de vasitos desechables con un poco de agua, conteniendo una tortuga "japonesa" con el cuello estirado, quizá tratando de lucir hermosa para que un niño la sacara de ese infierno (imaginen a 30 tortuguitas en un vasito cada una con el cuello estirado)
Terminado el recorrido por aquel lugar, fuimos en busca de sombra y agua y aún sigo buscando respuesta a preguntas, algunas relacionadas con esa forma de manutención y existencia, (muy respetable), otras relacionadas con mi propia existencia y el legado para mi hijo.

Como no puedo poner un enlace en el título, les dejo la definición de Folclor, según la RAE.
Folclor. 1. m. folclore.
Folclore.
(Del ingl. folklore). 1. m. Conjunto de creencias, costumbres, artesanías, etc., tradicionales de un pueblo.
En pocas palabras, se puede escribir folclor o folclore en español y podríamos escribirlo en inglés usando comillas.

6 comentarios:

By Piotr dijo...

Cuando eres niño todo es grande y novedoso. Por más mugroso que sea el mundo te parece fascinante por el hecho de ser nuevo y desconocido para tus ojos a tal grado que una bola de lodo y un pedazo de madera pueden convertirse en compañeros de juego sin ningún inconveniente. Creces y ya no es tan fácil pensar cuando la cabeza se te hace una rica sopa de pituitaria en su jugo(estrógenos y progesterona) y, de esa forma el mundo se transforma en un basurero en el que viven ratas y cucarachas que hacen comercio con sus desperdicios.
Ser y trascender....!

Remember




By Piotr

By Piotr dijo...

Tejuino, tortillas moradas, requesón wow! That's nice!
Típico del sur del país, sería bueno ver algo de ése tipo acá en el norte, se extraña

Francisco dijo...

.... lo llamo Momento de Transición, aquél instante en que te das cuenta que tu pensamiento y tu sitio universal ha cambiado. Son momentos reflexivos donde comparas lo que eras o hacias antes con lo que te has convertido. ¿En que momento decidimos que aquello que se nos hacía normal ó divetido deja de serlo? ... no lo sé, pero los Momentos de Transición nos revelan que en algún momento eso pasó.
Estas educando bién a tu hijo, también tendrá sus Momentos y saldrá airoso ....

Caro R dijo...

Yo una vez estuve a punto de comprar unos patines para hielo en uno de esos mercados (uno muy famoso que está por la Florida) mi esposo lo impidió :( y un amigo compró una super lámpara para acampar, sobra decir que en su vida ha ido o irá de campamento.

En fin, supe que puedes ir a hacer tu venta si así lo quieres, siempre y cuando no sea de ropa, eso ya está mmmm, como decirlo, amafiado, tal vez.

Javier Garza dijo...

Los “mercaditos” en Monterrey y su área metropolitana son tan variados, en algunos puedes encontrar zapatos Prada y sacos Armani y Hugo Boss, en otros pantalones con ácaros y miles de infecciones. Casi todos son insalubres, mal organizados, como dicen en mi tierra: “chileros”.
Detrás de todo esto hay grilla y fea, hay líderes y gente que sin hacer absolutamente nada gana mucho dinero. Yo tengo unos vecinos que tienen puesto de frutas y verduras en dos mercaditos, nunca o casi nunca, traen la “Van” que usan sus empleados para trabajar, pero te digo una cosa, su casa es la que tiene un frente “más bonito” y tienen una Odissey y un Malibu casi nuevos. Uno pensaría a veces que es dura su supervivencia pero no, lo digo por la reflexión que haces en tu entrada, una de las armas más poderosas que tiene el mexicano es el chantaje, uno diría, pobrecitos, voy a comprar aquí por ayudarlos, pero a la hora de servirle a uno kilos de 800 gr y mucha papa en los guisos, ellos no se tientan el corazón. Cuando somos niños nos enseñan a ser compartidos, no niegues esto o aquello, no seas egoísta. También la miseria es una “bendición”, en automático, los ricos son malos. Lo malo es que nosotros estamos en medio: no somos pobres ni somos ricos, simplemente explotados, la gente de los mercaditos se aprovecha de nuestra nobleza, ya sé, muy Chavo del 8 JA!

Ozz dijo...

Hola maestra, saludando aqui desde mi recien estrenado blog (julio 2008) jejejeje

y respecto a los mercados, yo recuerdo cuando estaba en primarai qeu salia los jueves d ela escuela y me iba directo al mercadito apra ver que peliculas llegaban, que juguetes nuevos habia y a ver a quien me encontraba...

jejeje

era divertido, lastima que hoy en dia ya la mayoria d elos niños no va a buscar eso, sino nomas a hacer desorden y a molestar gente (por lo menos en los mercados d emi colonia suele pasar eso)

bueno me despido y le deseo una excelente salud para ud y su familia y una excelente semana