jueves, 12 de junio de 2008

El respeto al derecho ajeno

Estoy de nuevo en la oficina, recuperándome de la sorpresa de mi olvido... había programado un examen para las 14:00 h y ni idea tenía, lo bueno es que el problema ya está solucionado tanto para mis alumnos como para mi.
Sepan que recién llegué de un tour por la ciudad de Monterrey y su área metropolitana y vengo muy inspirada para escribir; me he dado cuenta que cada vez que me subo al carro en plan relajado se me ocurren un montón de temas: los baches, la imprudencia, el genio, la gentileza, la basura, las prisas... todo lo que veo y a veces lo que oigo me hace pensar en un buen tema para postearlo en el blog. La inspiración aumenta si vengo acompañada de buena música, como el día de hoy (soundtrack de "Across the Universe", que por cierto no he visto).
Desafortunadamente, mi inspiración hoy solo dio para criticar, ya que aún estoy bajo la inercia de un evento desafortunado sucedido ayer... me doy cuenta que hay mucha gente amable en esta ciudad, pero lo malo es que los maleducados pululan.
Empezaré por el principio.
Como mexicano promedio, vivo en una colonia de interés social disfrazada de buena colonia o al menos así se la han vendido a los miles de incautos que ahora residimos ahí. Por lo anterior, los vecinos que tengo son desde taxistas hasta altos ejecutivos de empresas de renombre, desde personas que quizá solo fueron a la primaria hasta personas que tienen maestría, que quede claro que no estoy encasillando al taxista con la primaria y al ejecutivo con la maestría, todos sabemos que en este mundo matraca... cualquier cosa puede pasar. Mi casa (que es su casa), está rodeada de otras 8 casas (2 a los lados, 3 atrás y 3 adelante), cada casa cuenta con los espacios vitales necesarios para sus inquilinos, con una cochera y un espacio frontal que sirve para estacionar dos autos medianos o pequeños, SIN usar el espacio que en teoría pertenece a cada vecino... casi todos contamos con dos autos. ¿Pueden imaginar qué pasaría si a uno de nosotros se le ocurre hacer una reunión?, y ¿pueden imaginar qué pasaría si alguien se desborda en una fiesta infantil?. Pues para que no se lo imaginen, se los voy a contar.
De las 8 casas vecinas, solo una (sus habitantes) me hace odiar constantemente haber elegido esa colonia y no es algo reciente... desde el día que fueron a poner sus cortinas hemos tenido problemas. En ese tiempo Diego era bebé y yo una energúmena porque él dormía poco y fácilmente despertaba; ese día de las cortinas llegaron muy monos con cervezas y taladro en mano dos sujetos ... metieron de reversa el carro y pusieron su dizque música a todo volumen lo que provocaba una reverberancia en mi casa (los vidrios se cimbraban), aunque estaba muy enojada, amablemente fui a solicitarles que bajaran el volumen y no tan amablemente lo hicieron. Mientras la mujer estuvo embarazada no vivieron ahí, solo un pobre perro abandonado a su suerte y a su sed y a sus heces. Cuando la mujer fue capaz de cuidar sola a su hija, regresaron y de nuevo los problemas. Desde que me acuerdo, constantemente tienen reuniones hasta en los días menos pensados, asunto que no me importaría si no taparan mi cochera y si no me recetaran música de cantina hasta altas horas de la noche. Aún con todo ésto, habíamos logrado "convivir", obsequiándonos el saludo y poniendo buena cara cada vez que iba a su casa a pedir amablemente que me dejen entrar a mi cochera. Ayer, ya no pude soportarlo y exploté. Eran las 20:00 h cuando al entrar a mi calle me di cuenta que no podía pasar porque había un brincolín justo a media calle frente a mi cochera y una fila de carros hacia ambos extremos. Me puse a tocar la bocina con la esperanza de que el propietario de la casa y de la fiesta se aproximara a mi para decirme que lo disculpara, ¡pero no!. Enojadísima, me bajé del carro y le dije que quería pasar a mi casa y me dijo que no podía (si podía, pero eso implicaba homicidio premeditado y en masa), me "ofreció" que me diera la vuelta y quitar un carro para que yo entrara. Enojada aún más le dije que eso no se hace, que no tiene derecho a obstruir toda una calle, a lo que contestó "Señora, es la fiesta de mi hija" (WTF); bajo el influjo del coraje y la adrenalina solo le contesté que para eso hay salones (acepto que no fue la mejor respuesta). Para no hacer el cuento largo (demasiado tarde), hablé por teléfono con la que cobra la vigilancia y ella me canalizó con la jueza del sector (que de jueza tiene solo el nombre porque no sirve para nada) y me dijo que el dueño de la fiesta acababa de ir a pedirle el permiso que debió solicitar con un día de anticipación por lo menos. En dicho permiso, se nos avisaba del festejo y nos solicitaban nuestra firma si no nos oponíamos, cosa que no sucedió. Supongo que no fui la única quejosa porque el tipo recibió instrucciones de quitar su brincolín y su mugrero a la brevedad. Estando con la jueza y en afán de enfatizar su ineptitud (si, tuvo el atrevimiento de exhibirse) me dijo que ella constantemente sufre porque su vecino que tiene dos carros pone uno de forma que invade la entrada a su cochera, mientras la otra (la que cobra) se quejaba amargamente de que su vecina le pone los botes de basura todos apestosos de su lado desde que se pelearon por chismes. Entre líneas me dijeron que me aguantara (¡¡¡¿¿¿mááááás???!!!). Obviamente no estoy de acuerdo. Se que no soy una vecina ejemplar porque para empezar no se ni quienes son mis vecinos, pero si se que trato por todos los medios de comportarme a la altura de una persona educada y responsable. Es una cuestión de RESPETO, palabra y acción que por lo visto muchos desconocen. Cuando pasan cosas como éstas me dan ganas de recetarles una cucharada de su propia medicina, pero creo que no funcionaría, el egocentrismo es mayor que la conciencia y solo estaría perdiendo mi tiempo y no me sobra.
A veces pienso que estoy mal, que mis diferencias vienen de mi origen (no soy regia) y que por eso el seso no me da para entender, pero he platicado con personas que son nativas de la región y están de acuerdo conmigo. No me queda más que seguir en el intento por entender y sobrevivir a los hechos.
Juárez tenía razón:
"Entre los hombres como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".
Lástima que pocos lo sepan y que muchos menos lo apliquen.

6 comentarios:

By Piotr dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Caro R dijo...

Que decente te viste en llamar a esas personas, yo hubiera llamado a la policía :)

Ángela dijo...

También he llamado a la policía, y si han hecho su trabajo, tarde pero seguro.

Ángela dijo...

Olvidé decir... este asunto no debería resolverse por medio de terceros y siendo más juiciosa ¡ni deberían suceder cosas así!; creo que todos los humanos tenemos cerebro suficiente para entender que el espacio per cápita está disminuyendo y que cada vez debemos ser más respetuosos. Lástima que no todos usen el cerebro para pensar y razonar.
En este "maratón" la ignorancia definitivamente nos va ganando.

Mary dijo...

vivimos en una ciudad sin cultura, eso es lo que pasa.... y estoy de acuerdo totalmente contigo, odio a esas personas que no se ponen a pensar que tienen más gente viviendo alrededor y que siendo adultos se comporten como niños... ojala mucha gente te lea y ya cambien su forma de ser.

Ángela dijo...

Chicas y Chicos... no nos queda más que seguir poniendo nuestro granito de arena para lograr un cambio y poner la otra mejilla y si las cosas se ponen densas ¡ponerle un ligote de plomo al guante!. ¡Ah! y educar a nuestros hijos de forma que contribuyan a producir y beneficiar y que no se conviertan en unos parásitos